Por fin!
Por fin encontré lo que yo sentía
y no sabía explicar.
El original está aquí ---->
http://diamoteamo.com/diferencias-entre-esclavos-y-…
La distinción entre esclavos y
sumisos es un asunto bastante subjetivo. Hay que tener en cuenta que la
frontera es ambigua y que más importante que diferenciar si estoy con un
esclavo o un sumiso es lograr una relación plena y satisfactoria para ambos miembros
de la relación. Por ejemplo, algunos Amos no desean un esclavo, sino que
prefieren un sumiso porque no desean implicarse en una relación que les exige
una gran responsabilidad. Además cada uno tiene su propia opción de vida y
algunos sumisos nunca podrían ser esclavos del mismo modo que algunos esclavos
nunca serían felices como sumisos. No todos los sumisos se convierten en
esclavos pero todos los esclavos han sido antes sumisos.
Esclavos y sumisos se diferencian
en cómo
piensan
actúan
sienten
se someten
Los pensamientos de esclavos y
sumisos
Esclavos y sumisos crean vínculos
diferentes con sus Dominantes. No se trata de pensar que un vínculo sea mejor
que otro, ya que cada relación es única y se adapta a las necesidades de cada
uno de sus miembros. El vínculo que un esclavo establece con su Amo no le da
opción a dejar de ser su esclavo. Si el esclavo piensa que la relación es
abusiva ya no estamos hablando de una relación BDSM, y en este caso, el esclavo
podría romper la relación. Ahora bien, esclavos y sumisos tienen niveles de
tolerancia diferentes cuando califican un comportamiento como abusivo.
Un esclavo piensa en términos de
ser propiedad, de ser poseído, en cambio un sumiso piensa en términos de
someterse. Esta creencia de propiedad nace del fuerte vínculo mental y
emocional que se establece con el Amo.
Respecto a sus opciones de vida,
un esclavo tiende a pensar más en términos absolutos que en términos relativos.
Esclavos y sumisos tienen márgenes diferentes de maniobra a la hora de
satisfacer al Dominante. Por ejemplo, un esclavo espera su castigo cuando no ha
cumplido sus obligaciones porque está enfermo. Un sumiso, sin embargo, espera
clemencia por parte del Dominante ante la misma situación.
Esclavos y sumisos se diferencian
en que los primeros no tienen ningún control sobre la relación, mientras que
los segundos conservan cierto control. Hay que señalar que esta falta absoluta
de control es lo que garantiza la evolución y el progreso del esclavo, ya que
el pensamiento del esclavo es lograr la máxima felicidad del Amo. Por ejemplo,
ante la decisión del Amo de traer un tercer miembro a la relación, un sumiso
podría exigir ciertos criterios antes de permitirlo. El esclavo aceptará sin
reservas cualquier decisión del Amo, independientemente de que esté de acuerdo
o no con esa decisión. A la hora de hablar, un sumiso puede utilizar verbos
como exigir o permitir. En cambio ese lenguaje es inaceptable en el caso de un
esclavo.
Esclavos y sumisos tienen
conceptos diferentes del placer. El sumiso tiende a pensar en sí mismo y en su
propio goce además del placer del Dominante. Para el esclavo solo existe el
placer del Amo. La satisfacción del esclavo reside en alcanzar un equilibrio y
una paz interior con la elección que ha tomado. Esta paz incluye la aceptación
de sí mismo y un profundo sentimiento de alegría. El orgullo y la arrogancia no
son emociones propias de un esclavo. El Amo sin embargo puede sentirse
orgulloso de su esclavo.
El comportamiento de los esclavos
y sumisos
La base del comportamiento de
esclavos y sumisos es diferente aunque, de cara a un tercero, sean idénticos:
Los esclavos trabajan duramente
para que sus emociones no interfieran en su comportamiento. Mostrar disgusto o
rabia es considerado motivo de castigo para un eslavo. Ellos ejercitan el
autodominio para dar en todo momento lo mejor de sí mismos a su Amo. Los
sumisos, en cambio, justifican sus rabietas y sus frustraciones porque muchas
veces anteponen su propio placer a las necesidades del Dominante.
Un esclavo no solo intentará
lograr la excelencia durante la ejecución de cualquiera de sus obligaciones,
sino que buscará la manera de aumentar la satisfacción de su Amo anticipándose
a sus deseos. En este sentido el esclavo puede gozar de cierta autonomía si el
Amo ha depositado en él algunas responsabilidades. El sumiso en cambio solo
debe limitarse a aceptar la sumisión de un modo pasivo.
Esclavos y sumisos necesitan
diferentes niveles de atención y control. Un sumiso puede necesitar sentir el
control permanente del Dominante para integrar su rol. Un esclavo, en cambio,
no exigirá al Amo esa presión. Otra cosa es que al Amo le guste ejercer el
control, incluso, hasta la extenuación.
Esclavos y sumisos pueden mostrar
su personalidad abiertamente. Los esclavos en todo momento muestran un profundo
respeto hacia su Amo, e intentan controlar su sarcasmo o su ironía en presencia
del Propietario, sobre todo si saben que ese comportamiento no es de su agrado.
En este sentido, un esclavo tiende a empatizar con el Amo mucho más de lo que
lo haría un sumiso. La frontera entre el respeto y la camaradería puede ser tan
sutil como explícita. Esclavos y sumisos no tienen por qué diferenciarse en
eso. Algo que siempre digo a mis esclavos es que no pueden tratarme como si
fuera un igual. Y en este trato no incluyo las fórmulas de tratamiento en
tercera persona porque el respeto puede mostrarse también en el tú a tú. Me
gusta la espontaneidad y la naturalidad del esclavo, y limitar su
comportamiento natural o juguetón puede limitar también su entusiasmo. Existen
Amos, además, que exigen una ausencia total de emociones en el comportamiento
de sus esclavos. El sumiso, si limita su rol a determinadas circunstancias, tal
vez precise, para adaptarse a ese rol, mostrar un trato más rígido y frío
durante la sesión, y abandonarlo después cuando termine el juego. El respeto
del esclavo es constante y puede seguir mostrándose sutilmente incluso en
compañía de otros, hasta pasar desapercibido para alguien ajeno a la relación.
Encuentro muy placentero sujetar al esclavo en público con una cadena que nadie
ve.
Los sentimientos de esclavos y
sumisos
Esclavos y sumisos tienen
expectativas sobre su Dominante muy diferentes. Un esclavo no espera tener sus
deseos satisfechos más allá de una necesidades básicas, como puede ser la
hospitalidad o el alimento. Cuando el Amo tiene una atención con él, como
comprarle un buttplug o un nuevo dispositivo de castidad, esta atención tiene
la consideración de regalo. Muchas prerrogativas que un sumiso espera recibir,
en la relación con su Dominante, son consideradas lujos por un esclavo. Entre
estas necesidades que el esclavo considera regalos puede estar dormir en una
cama, permitirle hablar siempre que quiera, usar el wc o comer sobre una mesa.
Un esclavo espera que el Amo le
ayude a expandir sus límites. Esto quiere decir que espera el Amo le presente
retos que tenga que superar en su relación. Un esclavo contempla de forma
natural que le sean requeridas actividades que no le van a producir ningún tipo
de goce, porque el objetivo que busca no está en conseguir su placer sino en
lograr la satisfacción del Amo. El sumiso, en cambio, puede mostrar
resistencias a abandonar su placer, por eso tal vez espere que el Dominante le
consulte su opinión ante cualquier nueva actividad. Un esclavo siempre muestra
buena disposición ante estos retos, porque ampliar sus límites fortalece su
esclavitud y consolida la imagen que tiene de si mismo como esclavo. Esto no
quiere decir que el esclavo espere que se le ignore por completo y que no sea
tenido en cuenta en absoluto por el Amo cuando éste está haciendo un gran
esfuerzo para ampliar sus límites actuales. El Amo siempre tendrá presente las
limitaciones expresadas por el esclavo al principio de la relación y cuidará de
su propiedad amorosamente a medida que le somete a comportamientos, tal vez
inesperados pero no por ello menos responsables y seguros. Siempre digo a mis
esclavos que mi placer reside en su displacer.
El sometimiento de esclavos y
sumisos
Esclavos y sumisos se someten de
forma diferente también, sobre todo en lo que se refiere a la existencia de
límites. Aquí tengo que hablar de nuevo de la confianza como oxígeno de la
relación. Si hablamos de límites hablamos de confianza y la confianza solo se
logra a través de una experiencia larga con esclavos y sumisos.
Un esclavo en propiedad no fijará
ningún límite en las actividades de su Amo porque él confía en que su
Propietario no va dañarle ni mentalmente ni físicamente sometiéndole. Un esclavo
sabe que poner límites de forma explícita puede desnaturalizar la relación. Sin
embargo la existencia de límites es necesaria cuando la confianza no se ha
desarrollado lo suficiente. Yo como Amo exijo conocer esos límites porque es la
única manera que tengo para saber que no estoy abusando de un esclavo que no
conozco en profundidad. Pero estos límites son solo temporales en un esclavo.
Un sumiso en cambio puede establecer límites infranqueables y límites más
permeables. Un esclavo sabe que debe confiar en su Amo porque su esclavitud se
basa en esa entrega sin condiciones. El esclavo puede mostrar su disconformidad
con una determinada actividad o con el uso de ciertos instrumentos, como un
electro o un cánula, pero no prohíbe al Amo hacer uso de ese material. Es
obligación del Amo instruir a su esclavo en el sometimiento que espera de él.
La paciencia es esencial en cualquier entrenamiento.
Los esclavos y sumisos pueden
elegir a sus Amos, y tal vez elijan aquellos Amos que se complementan con sus
gustos y aficiones. Del mismo modo un Amo puede elegir al esclavo que necesita
para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, pienso que este tipo de
elecciones se da más entre sumisos que entre esclavos, porque el sumiso puede
establecer límites que no satisfagan al Amo. Hay Amos que solo buscan
satisfacer sus deseos, morbos o aficiones. Yo como Dominante sé que mi placer
como Amo no reside en satisfacer mis deseos sádicos, por ejemplo, sino que va
mucho más lejos, ya que mi placer consiste en lograr que el esclavo alcance su
realización como el ser inferior que es.
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