miércoles, 29 de septiembre de 2021

Sesion 24 febrero 2020


No, él no me castigó 3 meses, no me congeló 3 meses.
Él me dijo que ya no era suya, que era una cualquiera, una más.  Que mi sentimiento sumiso era absurdo, no tenía ningún valor, estorbaba, era despreciable, que me lo metiera por donde me cupiera y que debía tomarme las sesiones como un deporte.
Durante 3 meses, me ha despreciado, destrozado y despedazado día sí, día también.
Supongo que, al final, para él habrá sido una prueba de su poder sobre mi …. "castigo a la perra 3 meses a ver si aguanta, a ver si la he dominado bien".
Me da igual si quiere engañarse, si sigo aquí es por mi propia forma de ser.  Otra se habría largado hace ya un par de meses.

Así que hoy he tenido sesión después de 3 meses, la he tenido porque tengo la fuerza de voluntad de seguir.

Sigo viendo la distancia entre ambos, sigo viéndole fuerte y sigo viéndole dominante, pero algo ha cambiado.

Todo esto ha sido como caer en la casilla de la muerte en el juego de la Oca, donde vuelves a la casilla 1.
Pues eso, mi mente ha vuelto a la casilla 1, estoy en la casilla de salida, otra vez observándole.  Pero con peor pronóstico, porque ahora ya sé que nunca jamás me valorará, ni valorará aquello que es lo más valioso que tengo, no la entrega de mi cuerpo, sino la entrega de mi voluntad.   Por el contrario, lo desprecia.  Desprecia mi sentimiento tanto de sumisa como de esclava.   Le estorba.
Y yo lo lamento, pero no tengo un interruptor que cuando llegue lo encienda y me sienta su esclava y cuando él salga vuelva a darle al interruptor y ya no me sienta su esclava.  Eso se siente o no se siente, pero es 24 horas, no hay interruptor.

No necesito equilibrarme, estoy equilibrada y bien equilibrada.  Necesito completarme.  Es distinto.
Le dije que no me pone cachonda la intensidad, me pone cachonda la pertenencia.

Él todo esto lo interpreta a su manera de entender.   No comprende que si no estoy cachonda no es porque haya tenido mil orgasmos, sino porque él me ha robado mi sentimiento de pertenencia.

Si no estoy al 100% no es porque haga 3 meses que no tengo sesión, sino porque me ha hecho volver a la casilla 1. 

Pasé unos meses antes de decirle "ok, tenemos una relación, me siento suya",  pasó entre año y medio y 2 años hasta que sentí que me rendía a él totalmente.  Y han sido necesarios 5 años para sentirme su esclava.  Lo curioso, es que él con un simple "chas", tres segundos, una frase en un e-mail, se lo ha cargado.

Hace ya mucho que dejé de sudar por los nervios y la emoción de que él llegara para usarme.
De hecho, llevaba 3 meses sin sesión, pero yo estaba extraordinariamente tranquila.  Tengo todas las cosas muy claras y una mente estupenda.

Esa es otra cosa que él no entiende.   Estoy tranquila porque no me importa nada de lo que pueda pasar en sesión, ni siquiera me importa si la puedo llevar bien o no, si somos 2 o 20 (como puede pensar que yo le doy tanta importancia a ser 5 o 20?)    Lo que tengo enfrente, lo que me estoy jugando es infinitamente más importante, es lograr o no lograr volver a sentir.   Eso lo supera todo.  Si no vuelvo a sentir, no tenemos nada.  Las expectativas no son muy buenas, porque no puedo hacerlo sola y él no va a mover un dedo.
Me pedirá que escriba la sesión, como si la sesión en si fuera lo importante.
Lo importante no es la sesión, lo importante es cómo me siento y no exactamente en sesión, sino todo en relación con nuestro vínculo.
Las sesiones dependen de ello.    Mi sexualidad responde a eso.

Cuando lo pida, deberé valorar, si le envío todo para que sepa cómo están las cosas o bien solo le envío el relato exclusivo de los hechos en sesión.
Corro el riesgo de que enviarle todo, le haga poner en duda su poder (eso es un error, pero los doms son así), pero si no se lo envío, él no podrá hacer nada, si es que quiere hacer algo, porque no tendrá ni idea de lo que necesito, de lo que me robó.
Debo tener en cuenta también que es un hombre inteligente y que aunque no va a decirme "tienes razón" o "de acuerdo", lo que si hace es "hacerlo".
Quizás deba esperar el plazo que me di, antes de explicarle todo esto, y ver como se mueve este tiempo.

Ha venido a la sesión a evaluarme.   Hemos tenido una sesión suave, lo que él llamaría de reentrada tras 3 meses de inactividad.
Es más, creo que para él estos 3 meses también han sido un examen.  Un examen de su poder y dominación sobre mí.   Supongo que como sigo ahí, se habrá aprobado a sí mismo.
Su actitud es la de que no ha pasado nada en estos 3 meses, como si no se hubiese perdido nada y de que solo ha sido un kit-kat.   Qué gran error, ha pasado todo y exactamente, lo que no debió haber pasado nunca.
Su desarrollada intuición le habrá dicho que yo he cambiado.  Lo habrá achacado a los 3 meses de castigo, cuando no es así.  No es eso.

Puedo, si, puedo tener una sesión sin sentir absolutamente nada.  Incluso desconociendo a esa persona, importándome cero, como si fuera por deporte, exactamente lo que él quiere.
La cuestión es ¿eso me completa?   Daré tiempo, una sesión no dice nada.


Angeles estaba preocupada, hemos hablado.  Me ha hecho un comentario muy halagador y he entendido que lo hacía con total sinceridad.

Estaba en un rincón de cara a la pared, manos en la nuca, pies separados, venda en los ojos.
Ha entrado dejado sus cosas y venido a inspeccionarme.  Coleta, corsé apretado, medias en su sitio, tacón, tamaño del clítoris y humedad en el coño.   Obviamente se ha dado cuenta que el clítoris no tenía el tamaño grande a que estaba acostumbrado 3 meses atrás, y el coño aunque húmedo, no chorreaba como 3 meses atrás, eso sí, lo ha encontrado bien dilatado.
No me ha encontrado sudada, señal de que yo estaba tranquila.
Supongo que Angeles le ha dicho antes de entrar que he adelgazado y el corsé me viene ancho.  Él también se ha dado cuenta, aunque no ha dicho nada, al ver que el arnés de tetas estaba en el último agujero, ya no podía apretarse más, señal de que tengo menos tetas.

Me ha llevado a la cruz, atado muñequeras y tobilleras.
No tenía ningún castigo pendiente, simplemente quería hacer entrar mi mente en la sesión.
Ha empezado con el gato, para seguir con el látigo. 
Tengo la sensación de que me ha azotado con toda su fuerza con el látigo.   Pero ni me he movido.   No me he movido por eso, porque lo que pase en sesión no me preocupa en absoluto, el problema es de otro calado.   Luego me ha azotado con la fusta, menos intenso.

Me ha quitado la venda de los ojos y me ha ordenado abrirlos.  Todo tiene un porqué.  Seguramente quería intuir qué le decía mi rostro, mi mirada.  He mirado al techo.   Es tremendamente intuitivo, eso en si mismo ya lo debe haber interpretado.   Aunque tal como piensa, posiblemente lo ha achacado a los 3 meses sin sesión.

Me ha ordenado desvestirlo.   Lo he hecho, sin embargo no de la misma forma que lo hacía antes.   Antes lo disfrutaba, hoy simplemente lo he desvestido.  También se habrá dado cuenta..  

Me ha puesto de rodillas frente al sofá, con un preservativo en una de sus piernas.  He dado un lametón a su polla y de inmediato me ha dicho que ahí tenía el condón.   Eso ha sido porque por la mañana le he dicho que yo en 3 meses no he estado con nadie, pero que él sí ha corrido riesgos y no quiero correr ninguno.   Eso es algo que precisamente él mismo me ha enseñado durante 6 años.   Supongo que soy buena alumna.

Pues muy bien, le he puesto el preservativo.   Hacer una felación con un preservativo puesto es un asco. Él lo sabe.  Se lo he ido sacando con la boca mientras hacía la felación y … pasaba examen por si se me había olvidado cómo hacerla correctamente.   Finalmente se lo he quitado con la mano y por supuesto, no se ha quejado.
Cuando lo tenía bien duro me ha ordenado que me ponga de pié y que abriera el coño para enseñarle el clítoris.  No, no había mejorado.  Posiblemente es algo humillante, pero a mí no me importa, ya estoy acostumbrada.   Así que vuelta a la felación.
Creo que he pasado el examen de la felación correctamente.

De ahí me ha pasado a la cama, encima del rulo, altura que le va muy bien y donde quedo muy abierta y sin posibilidad de movimiento.
Ha empezado a usarme el coño, culo y a hacerme fistings en el coño, alternativamente.
Se ha corrido y me he dado la vuelta.
Yo quería probar si volvía a ponérsela dura, porque ando pensando que está en andropausia y de ahí sus cambios de humor, su irascibilidad y su búsqueda de perversión con otros actores.
Pues sí, se la he vuelto a poner dura, aunque esta sesión no es determinante porque él también lleva 3 meses sin una buena sesión.   Esta vez al sofá para usarme culo y coño, fistearme, etc. hasta que se ha vuelto a correr.

Tocaba ducha.

Me ha llevado al columpio, vendada.  El culo bien sacado, los pies en el arnés, las manos atadas arriba del columpio.  Unas pinzas en los pezones, atadas tirantes a la parte superior del columpio (poco tirantes por cierto) y unas pinzas médicas pillándome los labios vaginales, esas si bien tensadas con cuerda a la parte superior del columpio.
Me ha columpiado ligeramente para hacerme perder la orientación y que entrara en subspace, pero no he perdido la orientación.  Me ha follado con su puño el coño hasta que se ha hartado, ha tirado de las cuerdas de los pezones, me ha pajeado el clítoris, me ha comido el coño, etc.
En esa actividad he empezado a fluir algún rato y he olvidado observar, he empezado a desmadrarme y solo a sentir placer.   Bueno, es lo que pretendía ya antes de la sesión, fluir.  Es cuando mejor lo paso.
Después ha quitado las pinzas de los pezones y del coño y ha empezado a azotarme con el gato y finalmente me ha azotado el coño con su propia mano.
Al desatarme del columpio ha hecho un gesto en mi cabeza que he interpretado de inmediato (aquella música que hacíamos sin decirnos nada),  me he arrodillado y me he agachado hasta que mi boca ha empezado a lamer sus pies.

A la ducha otra vez

Vuelta al sofá y a la felación, esta vez con quemaduras de su cigarrillo en los pezones.   Ya no recordaba esa sensación.
Como antes, he cogido mis tetas y se las he ofrecido para que las quemara.

De ahí hemos pasado de nuevo a la cama, pero conmigo boca arriba.  Él sujetándome los tobillos bien altos, de forma que podía follarme culo o coño solo con variar un poco la altura de mis pies.

Finalmente se ha corrido dejando su semen en el coño.   Sabe que eso me pone muy cachonda.

Ducha y para casa.
No he entrado en subspace ni una sola vez.
Antes no paraba de entrar y salir continuamente toda la sesión.
La situación es otra.

Ha querido saber si la pulsera grababa todas las pulsaciones en sesión.
Si, lo hace, en una app en el móvil.   Le he abierto la app.
Le dije en su día que se había disparado y que ni siquiera me había probado, que sin probarme consideró que yo necesitaba refuerzo.  Refuerzo que se convirtió en una cuadra de unas 5 personas.  Coño!  debo estar a punto de morirme para necesitar tanto refuerzo!
Sorpresa!  No, mis máximas pulsaciones han sido 109.   Eso no es nada!
Como le dije, no tengo porqué subir pulsaciones, mi posición es la de relajación, por eso fluyo, por eso entro tanto en subspace, por mi total relajación.
De hecho, tengo ya claro que pasó un tiempo descolocado y que luego enfiló el tema de la cuadra porque es su necesidad y que no tiene absolutamente nada que ver con mi corazón.
Así ha quedado demostrado.

Pudo hacer las cosas de otra forma.
Pudo haber dicho que iba a montar la cuadra, pero que yo seguía siendo suya, su perra.   Valorar mi sentimiento de esclava.   Pero no lo hizo.   Me lo robó de un plumazo.  Me obligó a conocerle mejor, a conocer lo que no desea que nadie conozca, lo que está bajo su piel, dentro de su mente, en sus vísceras.   No, no lo hice porque yo quisiera saber más de él, no necesité hacerlo en 6 años.  Él me obligó a hacerlo para salvarme, para cuidar de mi misma.

Al llegar a casa, durante unos minutos he tenido ganas de llorar, aunque no he podido entender el porqué.  Quizás es porque inconscientemente no puedo abandonarme totalmente como antes y eso me duele un horror.
Me he venido a escribir y no he llorado.

Sigo con las instrucciones que dejó en su día, que no ha revocado:  puedo tocarme tanto como me dé la gana, cuando me dé la gana.   Solo que si quiero follar o tener sesión con alguien debo preguntarle primero.
Ya no soy su sumisa, ni su esclava, ni nada, solo soy una cualquiera, pero debo comportarme y entrenar como si lo fuera.
Mi sentimiento de esclava sobra, debo tomarme las sesiones como un deporte.

A mi ex marido le dije, que cuando creyera que por fin me tenía atada a la pata de la mesa de la cocina, ese sería el día que me habría perdido. Y así fue.  
A Luca podría decirle que el día que esté convencido de que no le quiero ni para amigo ni para amante ni nada parecido, será el día que me haya perdido.
Luca confunde churras con merinas, no tiene nada que ver el sentimiento sumiso o de esclavitud con el amor.   Con lo tranquila que vivo sola.
Quién coño quiere vivir con alguien que por una chorrada te destroza y te despedaza el alma.
Es una absurdez del tamaño de una casa que en su enunciado insista tanto en esa perogrullada.

Hay cientos de dominantes ahí fuera, deseando encontrar a una sumisa de alma como yo, que no solo da su cuerpo, sino su voluntad, su alma.
Cientos de dominantes que me valorarían.
No sé porqué sigo con alguien que jamás lo hará.
Tan difícil es darse cuenta de que la perra que ha tenido durante 6 años es una mujer excepcional, que a pesar de todo sigue ahí con su fuerza de voluntad, queriendo recomponer lo que se ha roto?
Alguien que no piensa solo en ella, sino en ambos.
Tan difícil es valorar lo que uno tiene? 
Yo siempre le he valorado, así se lo he dicho y demostrado.  
A pesar de todo, sigo ahí y no, no es por su puto pollón, ni por ser un empotrador.

Hoy ha muerto Mistress Verenice.  40 años.
Era alegre, emprendedora, y tenía siempre unos sumisos jovencitos, guapos y maravillosos.   A su lado, siempre sonreías.
Le he enviado un mensaje a Lluis, porque sé que la conocía.  Me ha preguntado por Luca y como estoy.  Me ha invitado a tomar café y charlar.  Le he dicho que no.

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