domingo, 12 de diciembre de 2021

La diferencia entre ser pasiva y ser sumisa

 Voy a obviar a aquellas personas para las que la D / s es una forma de pertenecer a un circulo social, una diversión, un morbo o una perversión en la cama (lo cual no significa que pasivas y sumisas no sientan ese morbo o esa perversión ). Esas personas me merecen el mismo respeto que el resto, al fin y al cabo cada uno busca lo que necesita en esta vida.

Mucho se habla de que la sumisa "siente sumisión", de que es "per se", la que lo lleva en su ADN, etc.

En realidad, tal como yo lo veo, todas las sumisas lo sienten, porque quien no lo siente, simplemente es una persona pasiva, lo cual no es lo mismo.

La diferencia es mayúscula y no es fácil.

La diferencia es que la pasiva disfruta de sí misma como objetivo principal, pero su talante es pasivo.

La sumisa disfruta con su someimiento, con el placer que él tiene, ella disfruta. Su objetivo principal es que su pareja tenga placer. Necesita que él tenga mucho placer, para conseguir ella el suyo. Ella no obtiene nada con ser pasiva -aunque quizás también lo sea- , ella necesita ser someida, ahí es donde se dispara su placer.
No, no es altruista, es una persona egoísta. Necesita ser sometida para recibir placer.
Así que su principal objetivo es darle placer, ser someida, para recibir su placer.

Es una vía diferente con el mismo fin.

¿Dónde reside la dificultad y esa diferencia?
En que la persona pasiva se siente bien, en tanto en cuanto, las actividades que se realicen le den placer y no signifiquen un enorme sacrificio. En que esas actividades se circunscriben en un ámbito de confort para ella, aunque ese confort signifique un pequeño sacrificio que le de placer e incluso nuevos retos para mejorar en sus relaciones sexuales.

Porque aunque en toda relación todos desean que el otro disfrute, la pasiva está en el "yo".

Sin embargo, la sumisa necesita objetivos que la van superando. He dicho "necesita", si, porque ella necesita continuamente nuevos retos para demostrarle a él lo que es capaz de hacer, hasta donde es capaz de llegar, para probarse a sí misma, para ser consciente de que efectivamente es como es y es sometida .

La sumisa está en el "él" antes que "yo". "Él" primero y ante todo, por encima de mi.
(Lo cuál soy consciente de que puede ser muy discutible -hablar de comodidad o de insensatez o de idiotez o de falta de personalidad. Nada de eso- .
Hablo desde el punto de una relación en que ambos se conocen bien y la confianza es absoluta , donde ella confía totalmente en las decisiones de él -algo difícil en esta sociedad la confianza ciega, pero se trata de puro conocimiento mutuo- . convivencia porque ello no significa que haya una confianza total).
(Y hablo por mi experiencia)

Esos retos pasan por pequeñas cosas que deben hacerse realidad y no ser simplemente dichas.
Y aquí quiero recordar, por ejemplo, cuantas personas se abanderan en la tolerancia, cuando se habla de tolerancia en general y luego son las primeras que ante una pequeña situación muestra su total y rotunda intolerancia .
Por tanto, no es fácil, en el día a día, llevar a la realidad y de forma continuada: no presentar dudas, el estar preparada para todo, el no preguntar y más difícil no enamorarte porque te ha dejado claro que solo quiere una relación Bdsm sin implicaciones emocionales e incluso no discutir o mostrar tu enfado, o no tratar de cambiarle ....

Porque en realidad, las personas pensamos y nos preguntamos, preguntamos a otros, nuestro cerebro está diseñado y preparado para valorar cada cosa, cada frase, a cada persona, cada situación. Para preguntarnos por qué, cuando, donde ... Para decidir si queremos o no queremos seguir un camino. Evitar lo que nos parece inmoral, indigno,…

La sumisa se da cuenta de todo, incluso ve los agujeros en sus gayumbos -lo cual obvia- , se pregunta algunas cosas, que no todas, porqué en esa base de confianza total hay cosas que no necesita preguntarse, sabe que él toma la mejor decisión. También porque su necesidad es más importante para ella que esas respuestas.
Y aunque le de 1.000 vueltas, el final siempre es el mismo, aceptar y asumir.

Y así, cuando el Amo baja el tono, ya sea por trabajo, por su estado anímico, etc. Ella se las ingenia para dar "un empujoncito" a su Amo, aún sin que él se dé cuenta, o dándose cuenta en el mejor de los casos. Pero no por diversión, provocación, etc. sino por pura necesidad de sentir su Dominación.

De la misma forma en que ellos necesitan a veces proponernos cosas que entrañan más dificultad para nosotras -ya sean físicas o de doblegación de nuestra mente- , porque necesitan probarse a sí mismos que efectivamente te dominan.

Al fin y al cabo, las relaciones no pueden dejarse en piloto automático y precisan de la implicación de ambos.

Porque ella necesita sentir su someimiento a través de su Dominación. Él necesita sentir su Dominación a través del sometimiento de la otra parte.

Son dos personas que se complementan. Uno le aporta al otro lo más necesario y vital para que esa relación haga que ambos se sientan completos.

Y surge la música.

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