La sesión del 26/5 no se ha redactado, pero algunos post
pasados, dan pinceladas de lo que sucedió.
Esta vez la sesión era en la morada de la sumisa zukia,
en una localidad de la costa dorada, localidad donde el ambiente que se respira
es veraniego. Algunos problemas para
aparcar me llevan a dar algunas vueltas por la zona, en el momento que recibo
un SMS. La perra zukia pregunta si
tengo problemas para localizar su morada, le respondo que no y que apareceré en
4 minutos.
Siguiendo algunas instrucciones básicas encuentro el
número entro y un portero me recibe ya que está haciendo sus tareas. Intercambiamos dos frases de cortesía y cojo
el ascensor. Salgo al rellano y ahí está,
la puerta está abierta
Nota de zukia: Le
dije que tengo parking. Con todo
preparado, esperándole. No tuve más que
controlar la entrada desde casa. Me
sorprendió, entró decidido como si
hubiera estado ya miles de veces. La
verja que daba a la calle estaba abierta y sabía que la puerta de entrada al
edificio también. Tuve que correr veloz,
para posicionarme y dejar la puerta entornada sin que me pillara, porque andaba
muy rápido. Dios mío! ¿El portero preguntó dónde iba y él le dijo
mi piso?
Abro la puerta despacio y allí está la perra sumisa
zukia, de rodillas, esperando tal como le ordené. Desnuda. Medias, tacones, su collar y con sus
manos extendidas ofreciendo el gato en señal de recibimiento y pleitesía
absoluta. La saludo diciéndole que he
realizado un largo viaje para tenerla en una sesión de adiestramiento intenso
de varias horas y en esclavitud absoluta.
Le recojo el gato y le hablo, diciéndole que la primera
cosa que va a perder como esclava en esta sesión es el derecho a hablar, se lo prohíbo ya que considero que no hay
mejor señal de esclavitud que privar del
habla a mi esclava. Las hembras por
naturaleza tienden a hablar, no poder
expresarse es su primera lección en este día de esclavitud. Ligeros azotes van marcando mis comentarios
hasta que decido pasar adentro y dejar mis cosas.
Nota de zukia: Yo
estaba tremendamente feliz, por fin estaba con él a merced de su
educación. Ya nada importaba.
No sé como explicarlo, no sé como sucede, pero en cuanto
está a mi lado entro de inmediato en un estado de "estoy aquí, pero estoy
lejos". Soy incapaz de pensar
nada, ni siquiera en protocolos o en quien es cada uno. Lo que va sucediendo, sucede sin más no
puedo ni pensar en ello. Voy lenta en
entender y en reaccionar.
Vuelvo hacia ella y la hago levantar cogiéndola por la
cuerda que lleva en el collar. Empiezo
el protocolo aproximándola a mí para que me huela, para que me note, para que
sienta que a partir de ese momento como macho dominante la usaré para mis
perversiones. Le ordeno quitarme la
camisa.
Nota de zukia: me
encanta como huele, me embriaga.
Le cojo el coño, le meto los dedos, ella esta mojada, su clítoris gordo. Reviso el trabajo de sus pezones y observo
como efectivamente se nota, los tiene ya bastante salidos, aunque los quiero aún más salidos, más
viciosos y más fáciles para trabajar.
Noto que los tiene sensibles, pero me da igual.
Ella nota que ya es un puto objeto que está allí para ser
usada. En ese momento decido hacer un repaso a la morada llevándola de
paseo como la perra que es.
Observo el salón
bien decorado, preparado con
espacio para poder realizar el adiestramiento.
Varias cuerdas de diferentes medidas están sujetas a
fijaciones en las paredes. Sobre la
mesa de comedor están ordenados todos los instrumentos a mi disposición para
que use como considere en su adiestramiento.
Pasamos a la cocina americana, de forma rectangular justa
para cocinar y donde decido que será el lugar donde la perra tendrá su
ubicación de referencia para estar como perra esclava cuando no la necesite.
Sigo paseando a la perra esclava, pasamos, hay una pequeña puerta tipo puerta
saloon del farwest y observo enfrente un
baño, al lado derecho una habitación,
entonces decido estrenar cada uno de los rincones de la morada de mi
perra, para que cuando sola pasee por
las habitaciones recuerde como ha sido
sometida en cada rincón.
Allí en esa habitación, es puesta a cuatro patas con el
culo en pompa sobre la cama. En ese momento deseo que su piel blanca empiece a tomar
el color que mejor le queda a una perra esclava, el rosado intenso. Su culo redondo, prominente queda a mi
merced para ser usado a mi complacencia.
Su culo impecable y su coño dibujando una vertical perfecta entre sus
glúteos están postrados para mis perversiones.
Empiezo a azotarla con el gato.
Ella tranquila recibe cada azote de forma templada. Subo algo la intensidad y ella acepta su
disciplina. Poco a poco su culo de
perra toma el color rosado, el color que tanto me excita, la azoto durante 5
minutos. Espalda, culo, piernas,
brazos. Ella parece saber que es solo
el inicio y esta templada. Cambio de
gato por uno corto de cuerda terminado con nudos y sigo azotándola otros 10
minutos. La perra esclava empieza a
notar el trabajo, su cuerpo caliente por
los azotes empieza a hacer ligeros movimientos tratando de repartir los azotes.
Nota de zukia: Es
curioso, porque ahora al leerlo, proyecto esa imagen del culo impecable y el
coño dibujando una vertical perfecta. Me
sonrío y al mismo tiempo siento pudor.
En ese momento y después de la sesión de spank noto mi
polla dura por la disciplina que le estoy impartiendo y le digo “perra ahora
empieza a trabajar la polla de tu Dominante, veamos si has aprendido algo estos
meses". Saco el pollón y se lo doy
a tragar. Empieza tranquila y poco a
poco va consiguiendo completar algo su trabajo.
Me enfado porque ha perdido profundidad en su
deepproof. La azoto y obligo a tragar
hasta casi la base. Ella empieza las
contracciones de la faringe provocada por el bloqueo de todo el pollón entrando
en su esófago. Después de unas cuantas
envestidas, noto que la perra se ahoga,
acelera su pulso y la dejo descansar.
Nota de zukia: Era
la posición. No era una posición fácil
ya que estaba demasiado alta.
La perra ya tiene su cara congestionada, le empiezan a
salir ciertas ojeras propias del esfuerzo pero eso no me importa, he venido a adiestrarla, a que no retroceda en su entrenamiento.
Después de tragar durante un buen rato le ordeno que se
dé la vuelta y sin decirle ni una palabra más le perforo su coño mojado con
movimientos duros y convulsivos. Sigo
follándola ya que llego excitado y el haberla azotado ha desatado mi necesidad
primitiva. La envisto mientras le azoto
la espalda, hasta que me sube la leche.
Saco el pollón y me pajeo sobre ella.
Su culo recoge la leche que va brotando y paro de pajearme para que no
salga toda la leche, haciendo un control
del orgasmo ya que quiero que el pollón siga duro y poder seguir castigándola
con él.
Nota de zukia: la
de cosas que aprendo, vaya control.
No quiero tiempo de recuperación para que mis huevos
vuelvan a llenarse, sino que quiero
descargarlo en dos momentos. Salgo de la habitación y refresco mi polla en el
baño para que baje la excitación.
Nota de zukia: si,
no lo entendí en su momento, aunque tampoco puedo pensar apenas en mi estado
mental.
Seguidamente la levanto bruscamente y le ordeno que se
mueva para ver la segunda habitación.
En la nueva habitación la pongo de nuevo a 4 patas y
vuelvo con mi ritual, más spank a dos
gatos y termino esta vez perforando el culo de la perra.
Quiero todos sus agujeros entrenados, usados,
dilatados. Necesito que mi perra tenga
adiestrados sus agujeros, boca, coño, culo para poder usarlos con la cadencia
que mis perversiones me indiquen.
Estoy desatado la follo por el culo hasta que entonces
si, por segunda vez me llega la leche, la saco toda en su culo. Con unas cuantas envestidas ella recibe el
resto de leche que tenía reservada, la
suelto toda.
Ella quieta y jadeante pero contenida ya que la tengo
adiestrada para que trague sus sensaciones en silencio sin gritar, sin
expresarse, de forma contenida. Así
tiene doble intensidad, el adiestramiento y la contención.
Nota de zukia:
Qué decir ......... yo feliz de ver como se daba placer en mí, como
saciaba en mi su necesidad acumulada.
Después de mi primera perversión para saciar mi lujuriosa
sed de sexo bizarre mezclado con spank,
le ordeno de nuevo ir al salón, donde de pie espera con las manos atrás
que le ordene lo que deseo para ella sin titubear ejecutar mi mandato. La observo y de repente después de la
corrida en dos rounds que sacan su primer depósito de leche acumulada durante
la semana decido fumarme un cigarrillo.
La terraza es grande y bien acondicionada por lo que
decido fumar allí. De nuevo cojo a mi
esclava por la cuerda que sigue atada a su cuello y le saco al exterior de la
terraza mientras me siento en una hamaca con el cenicero a mi lado. Delante de mi tengo a mi perra desnuda en la
terraza de rodillas.
Ligeros ruidos a la izquierda denotan que esta el vecino
al otro lado de la terraza y una ligera ranura delata que esta pululando por su
terraza. La perra está nerviosa,
temerosa de que la vean en el suelo de rodillas vestida como una puta perra
esclava con su collar en el cuello y reposando la cabeza sobre la pierna de su
Señor. Mientras disfruto de la
situación y saboreo mi cigarro, le voy
aplicando pequeños puntos con la brasa en su cuerpo, para que te mantenga en
tensión.
Nota de zukia: Que
meticuloso es. Un lugar desconocido para
él y se dio cuenta de los 2 mm. de esa rendija.
En realidad el vecino no podía verme, pero la mampara de
separación no llega al techo y remota, pero cabía la posibilidad de que el vecino
se subiera a una escalera u otra cosa y atisbara por encima. Además, estábamos en un entorno social
mío. Una cuida se preocupa por su
reputación. aunque habiéndose saludado
con el portero, a estas horas mi reputación debe andar por los suelos.
La puta esclava sigue mostrando su nerviosismo y pienso
que ese es un buen adiestramiento,
preocupada por mostrarse en lugar
abierto como una sucia esclava y quemada para su adiestramiento. Disfruto y me rio "sucia perra que te
pasa?, nerviosa porque vean lo sumisa y esclava que eres". Ella tiene prohibido el habla así que asiente
con la cabeza. No me importa en
absoluto es parte de su esclavitud y debe aprender a abstraerse del entorno
aunque eso le cueste su reputación y la señalen como una sucia puta entregada a
un dominante.
Después de fumar decido entrarla, esta vez para empezar una nueva perversión ya
que estoy en forma. He venido con dos
fines muy claros, hacerla sentir esclava y educarla para que cada vez sea mejor
para mis perversiones. Ella, la sucia
perra sabe ya que no tiene voluntad que está preparada tanto en el plano físico
como en el mental para aceptar mi disciplina y mi adiestramiento.
La siento en una silla mirando hacia la terraza.
Allí es amordazada, privada de movilidad con sus
muñequeras y tobilleras de sujeción y atada a la silla mediante cuerda. Privada de la vista por un antifaz y llenado
su coño por dos bolas con vibración interna.
Ella sabe que algo va a suceder, pero no sabe exactamente
qué.
Caliento su cuerpo mediante azotes con el gato y algunos
con mi cinturón.
Al poco dos palillos chinos sujetan sus pezones
dejándolos prietos y preparados para ser pinchados. Una percha de pinzas terminan de comprimir
los pezones que afloran entre los palillos.
Una cuerda sujeta a la percha cruza por encima de su
cabeza y es atada a la silla. Objetivo,
que queden los pezones tensados mirando hacia su cara. Ella se muerde los labios intentando no gritar "como grites serás castigada con más
intensidad". Esto es para tu bien
y para que seas una perra excelente.
Nota de zukia: Y
aunque no sea para que sea excelente, lo
desea así y es lo que debe tener. No hay
más.
En ese momento recogiendo las pinzas de castigo que están
unidas por una cadena las cruzo por el centro de la percha. Caen hacia abajo quedando a 3 centímetros de
su coño. En ese momento estirando sus
labios vaginales pinzo un labio, aprieto el tornillo de la pinza quedando la
obra casi terminada, repitiendo lo mismo con la otra pinza.
La imagen de la perra es excelente, sentada, atada manos atrás y pies a las patas de la
silla, con sus pezones mirando al cielo
tensados por la percha con una cuerda a su cuello y en presión contraria las
dos pinzas sujetas a los labios de su coño.
Ella esta encorvada intentado que las presiones
superpuestas contra sus pezones y labios vaginales no desgarren alguna de las
dos zonas.
Disfruto de mi obra y observo a la perra, está confusa.
En ese momento empiezo a jugar con su clitoris,
totalmente expuesto e indefenso al tener los labios separados y pinzados. Y me
divierto con mi perversión. Ella intenta
cerrar las piernas por el placer que tiene, pero le es imposible, sus piernas
atadas no le dan margen para cerrar ni un ápice.
Para completar mi obra de arte, 4 pinzas en cada pecho
redibujando su contorno están expuestas en total armonía. En ese instante cojo el gato de piel y
empiezo a azotar con intensidad las pinzas hasta hacerlas saltar de sus
pechos, ella se muerde los labios y un
ligero quejido sale de sus labios…sabe que eso al dominante no le gusta y se
reprime automáticamente.
Nota de zukia: Mis
pezones estaban intensamente sensibles por el trabajo de estiramiento.
Sigo azotándola con el gato a la altura de los pezones
para hacer saltar los palillos que los sujetan.
Empiezo a notar en su cara signos de intenso dolor, pero sigo azotando
hasta que no queda ni una pinza ni un palillo, cuando un sordo grito hacia
dentro me detiene. Lo de siempre se ha
soltado una de las pinzas que sujetan uno de los labios de su coño. Pienso que siempre sucede igual, la rosca que bloquea una pinza no cierra
correctamente y con el movimiento de la puta en los azotes se ha soltado la
pinza.
Nota de zukia:
Aunque no me mueva, la pinza resbala igual. No me duele en el momento en que se suelta,
me duele en el momento en que resbala, y resbala... tannnnn lentamente
!!!!. Porque cada vez va apretando en
menos grosor de carne y ese es un dolor incisivo. Luca vio ese dolor reflejado en mi cara, yo
sabía que lo estaba viendo, pero no lo comprendió y yo no podía hablar. Se soltó justo en el momento en que iba a
decir mi palabra de seguridad.
La dejo descansar del intenso dolor que le ha hecho
soltar alguna lagrima y la libero de su disciplina. Ella baja de su intensidad a un momento de
calma, sosegada, sus manos y brazos se
relajan mientras la libro de sus ataduras y la dejo descansar 5 minutos.
En ese momento miro el reloj de la pared para ver cómo
evoluciona la sesión de esclavitud.
Ya han pasado 2 horas y me dispongo a seguir con su
master class de sumisión y esclavitud esta vez la pongo de pie, decido reposar
en el sillón fumándome un cigarrillo y viendo un programa de televisión
mientras ordeno a mi perra que quede en el suelo entre mis piernas.
La perra en señal de pleitesía y entrega empieza a
restregar su cabeza contra mi pierna buscando alguna caricia de perra,
respirando y olisqueando la piel de su Señor para retener así la esencia de la
dominación que emana de sus poros.
Fumo y sigo observando el programa mientras la acaricio
para que se relaje tras dos horas de disciplina. Es el principio de acción-reacción. Ha sido sometida en el principio de acción
y ella lo agradece lamiendo al Amo y entregándose en estado de reacción. Así funciona el mundo.
En ese momento, por el exceso de roce sobre mi pollón a
través del slip, empiezo a tener el látigo castigador duro y erguido.
Ella empieza a percibirlo y sigue jugando con él como una
perra juega con su hueso una vez lo ha conseguido.
En ese momento la aparto agarrando su pelo hacia atrás y
separándola del slip. En ese momento
saco el pollón del slip y otra orden sale de mi boca "Chupa puta perra, lámela, adórala,
saboréala y entrénate con ella. Después
de 5 meses aún lames como una puta novata,
quiero calidad y entrega máxima".
La perra empieza su adiestramiento, se esmera, intenta
engullirla. tragarla, aguantando la respiración para demostrarme que ha
mejorado, que no esta tan lejos de su excelencia y perfecto trabajo de entrega.
La agarro por la cabeza y empiezo la disciplina de Deep
proof. Ella se ahoga muriendo por meter
en su garganta los 20 cm de dura carne y así pasan 10 minutos, hasta que le
digo con voz firme que es hora de trabajar en serio. Le ordeno que suba encima de mi mástil y lo
cabalgue mientras observo cómo trabaja para mí.
Ella en un principio se muestra confusa "que quiere
Señor?". Le ordeno que se siente
sobre mi pollón y ejercite su cuerpo teniendo el pollón dentro. Lo intenta, se le escapa de su vagina. Castigo sus pezones que caen a la altura de
mi boca, se los muerdo, ella se protege ya que los tiene muy castigados, mientras tiene confusión entre protegerse y
moverse. Sus músculos aun son blandos,
la perra no consigue cabalgar con firmeza y fuerza. Es la puta esclava pasiva, pero le remarco que la convertiré en activa
para cuando mis perversiones la deseen usar en ese modo.
Rápidamente le ordeno descabalgar y que se tumbe en el
suelo, en ese momento le fulmino el coño follándola bizarre mientras la ahogo
con mi mano sujetando su cuello a la altura de su collar.
La follo, la
refollo, la uso con dureza, por el coño,
por el culo, de nuevo por el coño, siguiendo de nuevo por el culo, hasta que me
corro con intensidad dentro de su culo que no para de tener contracciones en
forma de micro-orgasmos. La perra mira
a la nada, sus ojos son transparentes
cuando la uso. Veo a través de sus ojos mientras la puta
esclava no para de tener orgasmos.
Semi-agotada de repente deja sus manos relajadas, muy relajadas. En ese momento sé que ha tenido un orgasmo
importante después de muchos pequeños y de baja la intensidad.
Acto seguido la llevo a su rincón y la dejo tumbada en el
suelo, atada a una cuerda que cuelga de un cáncamo de la pared. Ese es su puto lugar de descanso, en el suelo
de la cocina atada a la pared. Ella
muestra una sonrisa y queda relajada en el suelo. Recojo una pequeña manta y se la lanzo sobre
su cuerpo desnudo y extenuado. Ella la
coge y se acurruca sobre ella.
Me relajo de nuevo en el sillón revisando mis correos y
viendo la televisión mientras ella como esclava sigue en el suelo de su cocina.
Vuelvo a mirar el reloj de la pared, tengo hambre después
del trabajo de disciplina y ya son las 2:15.
Libero a mi esclava de la disciplina de silencio, ya puede hablar hasta que yo considere.
En ese momento le ordeno que me haga la comida.
Ella se levanta del suelo y empieza a prepararla para su
Señor
Muy sumisamente me pregunta cuál será su comida en este
día de adiestramiento y esclavitud.
Le digo que puede comer ensalada con pollo y algo de
arroz, agua para beber. Comida de perra real.
En este caso por como se ha portado comerá con cubiertos,
tenedor y cuchillo pero en el suelo, al lado de la mesa donde yo comeré.
Tengo hambre y la perra me sirve el primer plato,
mientras el segundo se está haciendo. Me
siento y me nutro tras el gasto energético.
La perra pone sus platos en el suelo junto a un vaso de agua y come a la
par que yo, pero de rodillas en el suelo a mi lado, como la esclava abnegada
que es.
Nota de zukia:
Fatal. Comer en el suelo con
cuchillo y tenedor te obliga a mantenerte de rodillas con todo el esfuerzo
físico concentrado en tus rodillas mientras con las manos cortas la
comida. Mejor a 4 patas y sin
cubiertos.
Estoy terminando de comer y la perra atenta aun con su
comida a medias me pregunta con sumisión si quiero un café. Le ordeno que termine mientras reposo un
momento. La perra parece que quiere
terminar rápido para que tras mi orden tenga lo que necesito al instante. La perra esta en el plano concreto de
entrega que quiero y deseo lo cual me hace premiarla.
"Perra sumisa podrás tomar tu café sentada en la
mesa delante de mí, tienes 10 minutos de recreo".
Le doy un cigarrillo sabiendo que la perra está haciendo
un esfuerzo por dejar de fumar, pero soy perverso y quiero que controle
absolutamente sus vicios y hábitos así que le ordeno que fume éste y volverá a
no hacerlo. Ella parece que quiere no
caer en la tentación , pero mi profunda mirada le hace aceptarlo y fumar.
Nota de zukia: Es
que no sentía ninguna necesidad de fumar.
La perra al tener permiso para hablar, está parlanchina y
cuenta sus proyectos y sus problemáticas con algunos componentes de la
casa. La escucho, la observo,
la miro, parece que la perra está
en su momento de felicidad sin saber que dentro de poco tiempo volverá a su
esclavitud más absoluta.
Nota de zukia: No,
solo era un momento de descanso, nada más.
Solo trato de tener una conversación natural y distendida.
La dejo hacer, dejo que se regocije en ese momento de
descanso hasta que me apetece volver a mi plano han pasado unos 15 minutos y le
digo "ya sabes pasa a tu habitación,
ponte a 4 patas sobre la cama y quédate allí". Ese es el descanso que tendrá después de
comer, 5 minutos sobre la cama en
posición de entrega y pleitesía.
Tras unos minutos entro,
en una mano el gato de piel en la otra su cinturón de piel, entro en la habitación tranquilamente y le
digo "sucia perra, después de comer
las perras deben ser sometidas de nuevo
para que no olviden dar las gracias por los alimentos compartidos con su
dominante".
Con estas palabras empiezo unos suaves azotes por todo el
cuerpo, de nuevo sé que debo calentar el
cuerpo de la perra subiendo progresivamente la intensidad. Primero con la fusta luego con el cinturón…5
..10..20…30 azotes intensos cuento sobre
el cuerpo de la perra.
De repente me doy cuenta que a mis palabras de dominación
verbal "sucia perra eso es lo que
me gusta", cuánto más la azoto más
me excito. Ver su culo y espalda
marcada a tiras me la pone dura. Siento
el pollón presionado dentro del pantalón y le digo a la esclava "mira
perra lo caliente y excitado que está tu Señor por tu entrega y color de
piel".
Ella ha entrado con un pie en el subspace de repente su
cuerpo se relaja y apoyando la cabeza en la cama relaja todo su cuerpo. Noto que está empezando a entrar en estado
de nirvana, la obligo a levantar la
cabeza y sacando mi pollón de nuevo, la
obligo a trabajar.
Los azotes de esa serie han sido con cierto grado de
intensidad y al dejarla de azotar las endorfinas que ha segregado su cuerpo al
parar le dan el típico subidón de placer tras el dolor.
Noto que ella quiere de nuevo volver a subir para bajar
más intensamente y como una adicta que busca su dosis, palpa sobre la cama la correa que he dejado
para agarrarle a ella la cabeza y obligarla al otro Deep proof. Ella levanta la correa y me la entrega de
nuevo diciendo sin hablar "Señor,
quiero más necesito más, quiero volver a subir para luego caer rendida"
Entiendo perfectamente lo que busca, mientras traga como
una posesa. Y se produce el momento que estaba esperando hacía tiempo, ese
momento que sabía se produciría por sí solo, como ha sucedido con otras perras.
Provoca con su iniciativa, saltándose las reglas de
sumisión total aun sabiendo que puede ser castigada terriblemente y busca su
castigo, para el clímax de los dos.
Ese momento que ha provocado, sé que es mágico.
Allí empiezo el clímax de la sesión.
Empiezo a soltar mi brazo, en el que su prolongación es
el cinturón, sobre el culo de la perra.
Azotes intensos como latigazos marcan a tiras su culo,
como cuando pones la carne sobre la
parrilla ardiendo.
Zas…zas…hasta 60,
continuos, duros, secos, laceradores,
dejan a la perra marcada completamente en todo su culo y espalda, está al rojo vivo.
Tiras de sangre se marcan debajo de su piel. Pequeñas laceraciones moradas afloran por
sus nalgas. Mientras ella se retuerce, sin sacar el pollón de su boca.
"Excelente"
pienso. Tras el trabajo le
ordeno que descanse sobre la cama, que tenga su nirvana de placer después de la
subida hasta el techo de la habitación donde están su mente y su cuerpo
La perra tiene los ojos cerrados.
Una ligera sonrisa se dibuja en su cara, está en paz, en
su placer personal y yo conocedor de ese nirvana la dejo unos minutos aunque la
sesión de tarde debe seguir in crescendo.
Mi pollón sigue duro y erecto como consecuencia de ese
round de esclavitud total. Es cuando
decido usarla. Creo que no hay nada
mejor que usar a la perra después de comer en la hora de la siesta.
La pongo de espaldas follando su culo y coño, de forma
dura e intermitente.
La sucia perra de nuevo vuelve a subir. Esta vez decenas de micro-orgasmos
vaginales y anales le recorren el cuerpo.
Sé que está muy sensible y la perforo por sus agujeros sin parar, con
cadencias rápidas y lentas recreándome en su perforación durante más de 30
minutos. Luego le doy la vuelta y la
uso follándomela, sobre ella. De nuevo
las cadencias son intensas y así pasan otros tantos minutos hasta que la perra
vuelve a mearse. El grado de tensión y excitación de tantos orgasmos de nuevo la
tiene con las pulsaciones demasiado aceleradas,
sus ojos miran sin ver nada. De
nuevo la he dejado sin aliento. La
perra necesita entrenamiento físico y lo sé.
En este momento la dejo cruzada en la cama descansando de nuevo.
Ella con los ojos cerrados esta relajada en la cama y en
ese momento decido que es la hora de otro hito que marca el avance de su
entrenamiento y adiestramiento. Es el
momento de las agujas.
Conozco a las perras y sé que cuándo deben tomar contacto
con ciertos instrumentos de educación, no se sabe porqué, tienen cierto reparo
psicológico.
Por tanto cojo 4 agujas hipodérmicas de 3 y de 4 y me
sitúo delante de la perra, ella cruzada
en la cama con la cabeza entre mis piernas.
De pie cojo una aguja y con un movimiento seco, concreto y certero la
clavo en su pubis hasta la cabeza de la aguja.
La perra no entiende lo que sucede. Acto seguido llega otra, en ese momento parece que la perra se da cuenta de lo que
sucede, aunque sigue tranquila, parece
que no ha sido una mala sensación, y así
llega la 3 y la 4 hasta que su pubis es
un arco iris de cabezas de hipodérmicas.
Las muevo ligeramente, cojo su mano y la acerco a las agujas para que las note,
para que las mire y palpe.
Miro la cara de la perra.
Ella medio sorprendida las toca y sonríe, su cara muestra entre sorpresa
y orgullo al haber sido perforada con las hipodérmicas.
Le doy de mamar mi vergón de nuevo, mientras me recreo
con la vista sobre el pubis clavado de la perra y tirando de sus pezones. Así pasa un rato intenso hasta que excitado
decido pajearme en la boca de la perra y correrme de nuevo. Ya prácticamente no
sale leche después de 3 corridas en 5 horas.
Tras esta práctica, descabalgo las agujas y la limpio
para que no tenga sangre ni infección.
Tal como entraron salen, sin una gota de sangre como es normal en el
pubis si no se pincha la parte del centro por donde pasan 2 venas que riegan la
parte superior de la vagina y el
clítoris.
Deseo asearme y me voy a duchar mientras la perra
descansa en la cama. Así han pasado casi 6 horas de esclavitud y disciplina.
Miro el reloj, las 16:20.
Doy por terminado el día de esclavitud,
voy a terminar ya que debo coger un vuelo a Madrid y necesito llegar a
BCN con tiempo.
La perra me pide desplazarse conmigo hacia su morada
y le ordeno que recoja y cierre su
morada en 30 minutos. La perra se pone
a trabajar intensamente de nuevo después de la sesión y deja la casa preparada
para su cierre en un tiempo correcto.
Sobre las 17:15 salimos de la localidad de regreso. Ella llevándose la experiencia de un día de
esclavitud, y yo con el placer y la satisfacción de haberla adiestrado y
entrenado para que sea una más servil y abnegada perra esclava, de haber usado mi juguete para mi placer y
mis perversiones.
Pronto llegara otra sesión…para hacerla mejorar.
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