Me ha parecido interesante exponer algunas cosas en
relación a diversos textos que estoy leyendo en algunos blogs que pretenden
sentar jurisprudencia.
No hace falta ser ni medianamente inteligente, solo hay
que saber leer. Lo complicado es saber
que leer y lo peor, a veces para cada uno, es asumir. Pero solo reflexionando, imbuyéndonos en
nuestro interior podemos conocernos, asumir y encontrar el camino.
Platón en su “Banquete” nos habla no de uno, sino tres
tipos diferentes de amar. Tres formas de amor: Eros, Agape y Philia.
Estas tres clases de amor, se interpretan según diversas filosofías a:
-Amor de pareja, Amor fraternal, Amor a la humanidad.
-Las distintas fases a lo largo de una relación de
pareja: Al principio el eros
"yo", después el agapé "tu", finalmente la philia
"nosotros"
Eros, es la primera fase del amor en una pareja. Es un
amor egoísta que busca la posesión del otro. Es la pasión, es el sexo y el
erotismo. Es el amor de forma físiológica y apasionada, valorando el aspecto
físico y corporal del amante.
Agape, el amor incondicional, profundo y reflexivo, en el
que el amante tiene en cuenta sólamente el bien del ser amado. Es un amor
empático, incondicional y altruista, siendo el amante quien predomina sobre uno
mismo. El arquetipo Ágape valora los intereses y emociones de los demás por
encima de cualquier otra consideración.
Philia, era el término griego para referirse al amor fraternal,
que incluye la amistad y afecto. Se ha traducido con frecuencia como amistad,
aunque parece que no queda excluida la relación sexual, según varios autores.
Básicamente hay tres tipos de Philias:
Philia basada en las ventajas mutuas
(Amor de lo que es útil).
Philia basada en el placer mutuo
(Amor de lo que es placentero).
Philia basada en la admiración mutua
(Amor de lo que es bueno).
Estos son los antiguos arquetipos amatorios de la vieja
escuela platónica. Pero Platón queda lejos y la psicología social de nuestra
época recoge cuatro nuevos tipos de arquetipos amatorios además de las ya
mencionadas propuestas platónicas:
Ludus. Es el amor
como juego: El amante en que predomina el arquetipo Ludus evita el compromiso y
aunque no pretenda daño alguno para sus parejas, puede infligírselo por la
diferencia de expectativas sobre la relación.
Storge. Es el amor
compañero: El amante en que predomina el arquetipo Storge valora el amor como
una forma evolucionada de la amistad y encuentra importante que su pareja
presente una afinidad de gustos, intereses y nivel de compromiso.
Manía. Es el
amor posesivo: El amante en que predomina el arquetipo Manía siente el amor de
forma intensa y posesiva, llegando en casos a lo obsesivo. Este arquetipo
amoroso se corresponde con el concepto occidental de romanticismo y como tal es
ensalzado en la literatura romántica así como en las diversas manifestaciones
de cultura popular.
Pragma. Es el
amor práctico. El amante en que predomina el arquetipo Pragma tiene claras sus
expectativas ante una relación y espera, de forma práctica, que estas se vean
satisfechas.
Relacionada:
Anteros, el Hermano de Eros. En la mitología griega
Anteros es la personificación del amor no correspondido. El símbolo del amor
desgraciado, la resistencia a amar, la venganza del amor desdeñado, el desamor.
Hybris, el exceso del orgullo. Es un concepto de origen
griego equivalente a la “desmesura” y que en la actualidad alude a un “orgullo“
o “autoconfianza” exagerados, resultando con frecuencia en merecido
castigo. En la Antigua Grecia aludía a
un desprecio temerario hacia el espacio personal ajeno unido a la falta de
control sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento inspirado
por las pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter
irracional y desequilibrado, y más concretamente por Ate (la furia o el
orgullo).
En mi forma de vivir el D/s, hago una suma de ello así:
Eros: Pasión,
sexo, erotismo (la posesión del otro la busco solo sexualmente y ya contaré
otro día)
+
Agapé: Incondicional y altruista en que valoro sus
emociones e intereses por encima de los míos.
+
Philia: Amistad y afecto con relación sexual, e
incluyendo sus tres tipos: admiración, placer y ventajas mutuas.
Tal parece que el Agapé y la Philia se pisoteen, el interés de él por encima del mío, pero
placer y ventajas mutuas. Lo explico
brevemente: Cuando das y no recibes en
la misma proporción se produce una
desproporción que motiva la insatisfacción de quien recibe menos y se
rompe la pareja. ¿Cuál es entonces la
clave? No puedo evitar el Agapé, pero
necesito la Philia. Doy cuanto
soy, dejo que él me compense en la misma
proporción, y así se convierte en mutuo.
Y si así no fuera .......... hay que asumir
........... haber elegido mejor.
Respecto a los nuevos arquetipos de la psicología social,
me sumo al STORGE y al PRAGMA.
Dominación y sumisión
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Dominación y Sumisión, conocida también bajo sus siglas
D/s, es un conjunto de comportamientos, costumbres y prácticas sexuales
centradas en relaciones de consenso que implican el dominio de un individuo
sobre otro en un contexto sexual o más genérico, parcial o global, limitado o
indefinido en el tiempo. Es una de las prácticas del BDSM
El contacto físico no es necesario y puede incluso ser
inducido anónimamente vía telefónica, email o servicios de mensajería on-line
instantánea. En algunos casos puede ser intensamente físicos, a veces
convirtiéndose en sadomasoquismo. En D/s, cada participante siente placer o
disfrute erótico por el hecho de ser dominado o dominante. Aquellos cuyo
estatus es superior son llamados "dominantes", amos (masculinos) o
amas (femenino) y quienes adquieren la posición subordinada se llaman
"sumisos" o subs (tanto hombres como mujeres).
Analizando ....................
Vaya! si resulta
que son unas relaciones sexuales!!! No
dice nada de amor ni de cariño ni de noviazgo.
Sorpresa! dice que
es el dominio de uno sobre otro!
Dominante sobre sumiso. Donde el
dominante disfruta su rol y el sumiso el suyo.
Donde el Dominante domina y el sumiso obedece. Donde el Dominante decide y el sumiso acepta.
También habla de consenso. Consenso que implica el dominio de uno sobre
otro. Por tanto cuando aceptamos esa
relación, la consensuamos y aceptamos que uno domina y el otro obedece. Una vez consensuado ............... sumiso a
callar!. Claro que siempre tienes un
último recurso ...... finalizar la relación.
LA COCKTELERA
Así pues tengo una relación de D/s que es una relación puramente
sexual consensuada.
No creo que haya que decir que previamente habré pensado
con seriedad y profundidad si realmente necesito una relación de este tipo con
todas sus variantes y algo más importante aún, si soy capaz de llevarla a cabo
totalmente.
Por tanto como se trata exclusivamente de una relación
sexual, necesitamos conocernos sexualmente.
Parece claro. :)
No hace falta ir de excursión.
Ni hace falta que nos conozca de la A a la Z, porque no
vamos a casarnos. (o si? o es lo que queremos pero no lo que decimos?) Algunas parejas lo viven en convivencia si,
pero ese es otro proyecto distinto, un proyecto de vida que algunos tienen la
suerte de conseguir.
Así pues vamos a conocernos. Ese test odioso del ¿qué buscas? ¿Cuánto
mides? ¿qué te gusta? etc. Un test que
algunos aplican tal cuál.
Un test que a mi me gusta que sea una conversación
continuada en el tiempo, en la que simplemente hablando van surgiendo las
respuestas, sin hacer las preguntas.
Un tiempo en el que además vemos si hay feeling con la
otra persona, aunque el feeling determinante siempre siempre será en real.
Un tiempo que sirve para juguetear sexualmente ya sea en
la distancia e incluso físicamente para que ambas partes puedan ir comprobando
si realmente cada uno es lo que espera, si cada uno recibe lo que necesita.
Un tiempo en que inevitablemente se conocen otros muchos
aspectos de nuestro compañero.
Pero craso error
el leído por ahí, de pretender conocer al otro mediante salidas al cine o
excursiones tratando de conocer al hombre ampliamente. Eso queda para una convivencia.
¿Y la Dominación y sumisión en si mismas?
Recoloquémonos cada uno en nuestro lugar.
El sumiso solo debe conocer lo que el dominante
desea. Debe conocer sus movimientos, sus
tics, sus gestos, sus tonos de voz, lo que se espera de él. El sumiso debe facilitar la tarea del
Dominante.
El Dominante debe conocer el carácter del sumiso, que le
dispara, que le somete, sus defectos y sus virtudes, todas sus emociones, la
rabia, los celos, la vergüenza, el pudor, el odio, como se enfada, como se
deprime, como se estresa, como expresa su cólera, su alegría, su tristeza,
............... debe ser un psicólogo y
tener mucha empatía, para sorprenderle,
saber como va a responder, para saber como subirle y bajarle o darle mil
vueltas. Porque para dominarle necesita
conocer todo eso, ineludiblemente.
¿Dónde queda pues el Amor? ¿O debo decir cariño o debo
decir ............?
Queda en que empezamos con un feeling,
empezamos con una filosofía parecidas
empezamos con unos intereses comunes
empezamos con algunas prácticas que no son de interés
para ninguno de los dos
empezamos con unas conversaciones y unos encuentros
sexuales que ya nos van mostrando a ese hombre
empezamos creando la confianza mutuas (si mutuas, también
puedo desarrollarlo)
empezamos viendo si nos gustamos y complementamos.
Pero no olvidemos algo ....... "que una persona sea rica, no significa
que tenga intención de pagarnos" (eso me enseñó un jefe que tuve) "que un hombre sea inteligente, no
significa que tenga buena voluntad con el sumiso" "que un hombre nos
cuente situaciones de su vida en las que haya sido maduro, responsable y
consecuente, no significa que vaya a
serlo ahora con el sumiso".
Es eso, lo que leemos en muchas ocasiones de que el
sumiso debe seguir siendo persona. (Dichosa palabra "somos personas"
tan dicha y tan poco entendida).
Después lo que tenemos es que "el roce hace el
cariño" y en estas relaciones no solo tenemos "roce", tenemos
intimidad sexual (solo sexual, porque intimidad en una pareja abarca mucho más, abasca vulnerabilidad, abarca tu casa, tu cuenta corriente, tus objetivos, tus ....) y algo incluso más profundo que en un matrimonio convencional, la confesión de perversiones, sueños sexuales, .....
En un matrimonio convencional se tienen unos proyectos de
vida y un respeto intimo. En la D/s es
distinto, no hay proyectos de vida, y ambos, la pareja, se imbuye, destripa y
reconstruye algunas de las emociones, defectos o virtudes del sumiso y aunque
no se diga ..... también del dominante.
Ah! si, y siempre buscando un bien común, aunque a veces haya equivocaciones.
Es en ese "roce", esa intimidad sexual, ese destripar
emociones, donde se crea un conocimiento
mutuo total, y surge una emoción que no sabemos como llamar ninguno de
nosotros, que llamamos cariño por no llamarle amor. Que es querer, no es un amor de enamoramiento
o como se entiende en los cuentos de hadas, ni un amor de proyecto de vida, es
otra clase de amor, un amor pasional y amigo, cómplice pero desprendido. Un querer.
Yo soy capaz de apreciar y sentir cariño por todas las
personas del mundo, amo a mis hijos mi padre, pero querer solo quiero a quien
despierta en mi esa forma de sentir.
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